lunes, 12 de marzo de 2012

Honor

La creatividad, aunque creo que no lo he mencionado demasiado, considero que tiene bastante de retroalimentación. Hoy mismo he tenido feedback respecto a la entrada anterior y eso me ha dado más ganas de continuar con la labor. Y, como petición, me han pedido que hable del Honor que, quizá no es un tema muy creativo, pero como considero que aquí vale de todo me vale.

Cuando pienso o hablo de honor siempre acabo divagando hacia tiempos remotos como la Edad Media y, ahora que estoy leyendo El capitán Alatriste, también me recuerda a la gallardía española de la época. Es curioso porque, ¿dónde quedó el honor? Mejor; ¿qué es el honor? Los conceptos cambian con el tiempo y, desde luego, no son comparables. Si tuviésemos ante nuestros ojos un verdadero caballero de la corte arturiana nos parecería ridículo. Creedme, se flagelaban por cosas que a nuestros ojos ahora son minucias pero en su momento tenían mucha importancia.

Las obras del Rey Arturo, sobre el cual se ha escrito y reescrito tanto que es complicado seguirle la pista, fueron todo un aliciente para fortalecer un código de honor que se extendió por toda Europa con rapidez. Aunque, como todo, tuvo su momento álgido que, con la obra de Thomas Malory (Le morte D'Arthur) llegó a su fin. ¿Su fin? Yo optaría más por la palabra evolución, ya que los normandos siguieron manteniendo su propio concepto de honor, pero a su manera. Y así sucesivamente hasta hoy. Y yo me pregunto: ¿Qué es hoy en día el Honor? ¿Existe?

(Imagen de una de las Casa de Juego de Tronos. Que si hay que hablar de honor y traiciones, es un buen ejemplo.)  

Hablar de honor me hace pensar en la dignidad humana, en cómo tratamos a los demás y a nosotros mismos. Es honorable ayudar a los que nos rodean, ser sincero y ser acorde con lo que pensamos y sentimos, sobre todo esto último. Tú eres quien más se conoce, si te mientes o desprecias a ti mismo, ¿cómo vas a valorar lo que hay a tu alrededor? Quizá el honor está infravalorado actualmente, y al vivir rodeados de gente que nos parece hipócrita creamos todavía menos en ello. Nos encerramos, miramos nuestro ombligo y por nuestros intereses. Tampoco hay que descuidarlos, claro, pero... ¿Cuál es la línea que separa lo honrado del egoísmo? 

Ser honorable para mí significa conocer dónde están tus límites. Reconocer los errores con dignidad para aprender, tanto de lo bueno como de lo malo. Tener la medida justa de orgullo para no desmerecerse a uno mismo pero tampoco para pisotear a los demás. Diferenciar caprichos de necesidad. Estar dispuesto a arrimar el hombro cuando un amigo lo necesita, también sin dejarse mangonear. Tener perspectiva y retrospectiva. Perdonar y saber aceptar que nos perdonan. Afrontar las cosas con valentía, sabiendo aprovechar lo que tienes a tu lado. Escuchar, porque escuchando se comprende. Defender lo que uno cree sin ofender o desmerecer a los demás. No imponer a nadie tus ideas, pues cada cual debe saber equivocarse. Afrontar el momento en el que hay que dejar algo atrás y continuar. Valorarte y valorar. No juzgar y, sobre todo, no reprochar los errores. Tomarse la vida con filosofía y no como una afrenta.

Eso es lo que para mí significa, brevemente esquematizado y a modo de brainstorm. Me gustaría cumplirlo pero sé que no lo cumplo, aunque lo intento en mayor o menor medida. No somos perfectos ni lo seremos nunca. No van a volver los tiempos de caballeros ni tampoco toca. Pero alguien me pidió que hablase de honor y he aquí mi respuesta.

Y para ti, ¿qué es el honor?

3 comentarios:

  1. Cuando he leído el artículo no he podido dejar de pensar en las palabras "integridad" y "respeto".

    Honor depende más de tus deberes y de cómo te consideran otros miembros de tu misma sociedad y tiene un valor en función de la moral del contexto cultural. Asesinar a rey déspota podría ser un acto honorable en otros tiempos, en la actualidad es delito tipificado consecuencia de la evolución de la sociedad que ha creado otros valores como los derechos humanos. Podemos intentar redefinir casi completamente una palabra o ceñirnos a la Navaja de Ockham, menos es más.

    De cualquier forma, si no nos perdemos en los pliegues semánticos del lenguaje, bella y pragmática filosofía que a veces no es fácil plasmar en texto. Sigue escribiendo. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que gusto da leer comentarios así. Muchas gracias por pasarte y pararte un ratito a comentar.

      Un beso!

      Eliminar
  2. Considero que el honor no tiene nada que ver con los demás, sino con uno mismo. Aunque reconzcamos nuestra imposibilidad para determinar con objetividad lo que es "bueno" o "malo", y aunque las circunstancias y la vida a veces hacen confuso, difícil o incómodo el hacer lo que tú crees que es correcto, pero todo el mundo, en el fondo, dentro de sí mismo, SABE que es "lo bueno" y sabe que es "lo correcto", lo que debe hacerse.

    La persona que tiene honor ha desarrollado la valentía de asumir que, independientemente de que lo que haga esté objetivamente "bien" o no, en algún momento tiene que actuar y tiene que decidir, y lo hace de acuerdo a su sistema de valores y a lo que su corazón (que no conciencia, ojo, no es lo mismo) le dice, tirar para alante y que salga el sol por Antequera, que el tiempo dirá si lo que hizo está bien o no, y le pondrá en su sitio, sea con un premio o un castigo.

    Por tanto, honor es hacer lo que tú crees que debe hacerse independientemente de todo lo demás. Como decía el propio Reverte en "Cachito", que al fin y al cabo, es un asunto de honor, "apretar el mango de la navaja e irse derecho a por el portugués Almeida. Con un par de cojones"

    ResponderEliminar