miércoles, 30 de noviembre de 2011

Historia y Literatura: William Lloyd Garrison


Como estamos en proceso de creación, inauguro otra sección hoy: Historia y Literatura.

Sé que no va a ser ni mucho menos la más esperada, pero es mi blog y me apetece escribir sobre ciertos temas. Ya que estoy estudiando y aprendiendo (porque sí, amigos, yo durante el curso aprehendo las lecciones, no las memorizo cual papagayo) transmito mi conocimiento a una amplia red por si alguien cae aquí por el azar y le resulta interesante. Es cultura, nadie dijo que fuese a ser realmente útil. O sí.

Hoy vengo a hablaros de un icono estadounidense de la época de la esclavitud en América, y empezaré con un pequeño fragmento que él mismo escribió.


I am aware that many object to the severity of my language; but is there not cause for severity?  I will be  as harsh as truth, and as uncompromising as justice.  On this subject, I do not wish to think, or to speak, or write, with moderation.  No!  no!  Tell a man whose house is on fire to give a moderate alarm.” - Reprinted in Wendell Phillips Garrison, William Lloyd Garrison, 1805-1879: The Story of His Life, Told by His Children, vol. I (New York:  The Century Company, 1885), pages 224-226.

Traducción:

Soy consciente de la oposición de muchos respecto a mi lenguaje; pero, ¿no es a causa de la severidad? Seré tan duro como la verdad, y tan inflexible como la justicia. Sobre este tema, no voy a pensar, ni a hablar, ni a escribir con moderación. ¡No! ¡No! Decidle al hombre cuya casa está ardiendo que de un aviso moderado.

[Pincha aquí para leer el artículo al completo (en inglés)]

The Liberator fue un periódico que se lanzó el 1 de Enero de 1831, propulsado por William Lloyd Garrison con motivo de “queja” y el utópico objetivo (para entonces) de abolir la esclavitud en América y reforzar el papel de la mujer en la sociedad. Este primer tema, que impulsó la primera Guerra Civil Americana y por el que emergieron grandes iconos de esa cultura, me llamó bastante la atención el otro día en clase y dije “¿Por qué no?” Y aquí estoy, culturizando un poco a mis lectores.
Quizá a nosotros nos parezca algo muy simple y sencillo, moralmente hablando, pero en aquella época era un tema de gran controversia. Si bien América del sur emergía por su gran potencial económico debido a la industrialización junto a la esclavitud, la zona del norte mantenía una posición algo más humanista, no reclamando una libertad absoluta e inmediata para los esclavos pero sí progresiva. Muchos (de forma encubierta) trataron de poner a salvo a las personas de color, creando rutas de escape hacia Canadá donde los bien conocidos Caza recompensas quedaban fuera de la jurisdicción y perdían su derecho a arrestar a los fugitivos. En este entorno hombres y mujeres con ideales férreos comenzaron a mover sus recursos.

William Lloyd Garrison fue uno de los más conocidos, no sólo por sus acciones a favor de los esclavos sino también por realizar campañas para la abolición de la pena de muerte y en favor de los derechos de la mujer. Llegó a ganase tantos opositores que acabó con una soga al cuello montado en un “trono” siendo paseado por las calles para mofa de todo el mundo. La humanidad y sus peculiaridades, aunque por suerte no llegaron a homicidio. Su trayectoria laboral fue in crescendo desde temprana edad. A los 23 años fue nombrado editor del National Philanthropist en Boston (Massachusetts), el primer periódico estadounidense en promover este movimiento. A los 25 se adhirió a la Sociedad Estadounidense de Colonización mas, descontento con sus métodos optó por buscar la justicia de otra manera y así acabó fundando el periódico The Liberator. En 1832 fundó la Sociedad Antiesclavista de Nueva Inglaterra, la primera existente en América, y en 1833 ayudó a organizar la Sociedad Antiesclavista Americana escribiendo su declaración y ejerciendo como secretario. Así pues, forjó su nombre en la historia como uno de los grandes defensores de la libertad.
Sus acciones fueron reconocidas y ayudaron a la abolición de la esclavitud en la Proclamación de Emancipación promulgada por el presidente Abraham Lincoln, en la que se declaraba la libertad de todos los esclavos en el año 1863, y que entró en vigor por primera vez al final de la Guerra Civil, en 1865.  Ese mismo año el mayor trabajo de Garrison, The Liberator, llegó a su fin junto a la relegación de su puesto en la Sociedad Antiesclavista Estadounidense. Este hecho causó una severa escisión en la Sociedad entre sus aliados que la llevó a su fin. Acompañó este hecho con la siguiente frase: "Mi vocación, como un abolicionista, gracias a Dios, ha terminado."

La noticia fue recibida con alegría por su esposa e hijos, aunque no lograron apartar a este inconformista de su pasión, pues continuó participando en debates públicos para promover reformas sociales, destinando especial atención a la causa feminista y de derechos civiles para los negros. Algunos Republicanos, incluso llegaron a proponerle como posible candidato a senador, oferta que él mismo declinó.

Los últimos años de su vida se vieron empañados por la muerte de su esposa y una infección en los riñones que lo fue consumiendo poco a poco. Finalmente murió en casa de una de sus hijas en 1879 tras una brillante trayectoria. Fue sepultado en el Forest Hills Cemetery en Jamaica Plain, Massachusetts. Ocho amigos abolicionistas, tanto blancos como negros, se ofrecieron como portadores del féretro. Las banderas fueron elevadas a media asta en todo Boston.

Un gran hombre, un luchador que se esforzó al máximo por sus ideales hasta prácticamente el último momento. Merecía unos minutos de atención. Y cerraré este post con una cita que en los tiempos que corren viene muy bien:

"Con hombres razonables, razonaré; con humanos alegaré; pero con los tiranos no daré coartada, y no gastaré argumentos en donde ciertamente se perderían."

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